Segundas Oportunidades nace en marzo del 2019, como una marca que ofrecía productos Zero Waste para reducir la generación de residuos en el hogar facilitando la reutilización y el compostaje.
Uno de los primeros productos que ofrecimos fueron los discos desmaquillantes reutilizables, pensados para retirar el maquillaje, lavarlos y volverlos a usar una y otra vez. Fueron un boom y con el tiempo tuvimos que evaluar cómo escalar la producción porque hacerlos a mano, ya no era viable.
Así fue que visité un cortador de tela por primera vez. En concreto, necesitábamos que nos corten muchos círculos de toalla de 9,5cm de diámetro. Cuando llegué al taller, me encontré con las mesas de corte características del rubro y toneladas de telas, debajo de las mesas, en las paredes, en estanterías, en todos lados: telas.
No entendía, así que le pregunté al dueño del taller qué era lo que hacían. Me dijo que todas esas telas se iban acumulando después de realizados los cortes por diferentes motivos.
Le mostré lo que tenía que hacer y me ofreció cortar los círculos en los retazos que se habían generado a partir del corte de unos ponchos para la playa. Era increíble, entraban justo y aprovechamos el descarte.
Ese día mi cabeza hizo un click. Vi dos oportunidades en un mismo momento:
1. Existía la posibilidad de rescatar los descartes o remanentes de otras marcas para que emprendedores como nosotros pudieran revalorizarlos en nuevos productos.
2. El costo de la materia prima o insumo era menor al que conseguía si era nuevo, por lo que también obtenemos una ventaja competitiva.
Además, contemplaba los tres impactos que buscaba para el nuevo proyecto: ambiental, social y económico.
Lo único que me faltaba era entender la escala del problema, porque quizá sucedía únicamente en ese taller. Me puse a investigar y descubro lo siguiente:
Cuando tomé dimensión de la escala del problema (que en este caso es global), armé un modelo de negocio y empecé a visitar talleres. El primero, sin lugar a dudas, fue ése primer taller de corte en el que descubrí el problema.
Como ese primer día, me ayudaron. Al principio me dijeron que estaba loca, pero nos permitieron intentarlo. Íbamos a su taller a trabajar: mediamos, sacábamos las fotos y subíamos a la web. Una vez que se vendía, íbamos al taller y lo retirábamos. Así empezamos.
El modelo fue iterando. Después de unos meses aplicamos al programa Incubate de Ciudad de Buenos Aires y nos cedieron un espacio en el Centro Metropolitano de Diseño en donde ubicamos el depósito, la oficina y el local. Gracias a ese espacio, empezamos a centralizar las telas en un mismo lugar y pudimos simplificar la logística. Empezamos a tener más proveedores de saldos, descartes y retazos de textiles e insumos y gracias a la ayuda y compañía de muchas personas pudimos crecer paso a paso.
En este momento somos tres personas trabajando en Segundas Oportunidades:
Podría escribir por horas, porque hay muchos otros hitos que hacen al recorrido de este emprendimiento; pero creo que con esta introducción es suficiente. Si quieren escuchar un poco más sobre nuestro recorrido, les comparto esta entrevista que me hizo Elena Onofre en el Ciclo de Líderes Emprendedores: